Lucha de Gigantes II
En el primer capítulo repasamos los inicios de la trayectoria musical de Enrique Urquijo y Antonio Vega (1977-1983), la primera época de sus bandas Los Secretos y Nacha Pop: Lucha de Gigantes I
Saltamos ahora a 1984. La New Wave / Post-Punk languidecen en el mundo anglosajón. Aquí sucede lo mismo y empiezan a llamarlo la Movida. Y van quedando cadáveres en el camino. Grupos que pocos años antes habían liderado los carteles, pierden el favor de la crítica, las discográficas y el público. Adiós a grupos que habían o podían haber sido grandes –Paraíso, Los Zombies, Mamá, Los Modelos, Los Bólidos– entre otros. La vorágine de aquel momento los engulló. Los puestos de cabeza pasaron a ocuparlos Radio Futura, Derribos Arias, Golpes Bajos o Gabinete Caligari. Alaska y Los Pegamoides pasan a ser Dinarama (más comerciales, menos divertidos), mientras Ana Curra y Eduardo Benavente forman Parálisis Permanente, tan prometedora como efímera. Entre quienes se ciñen al Rock-Pop más tradicional, destacan Los Elegantes y Los Pistones -viniendo desde atrás- que firman brillantes LP´s y cogen el testigo de lo que habían representado Los Secretos, Nacha Pop Mamá o Los Modelos.
La Etapa Final de Nacha Pop
Y Nacha Pop, que había representado como nadie esa “urgencia juvenil” de la Nueva Ola, se aleja de la deriva que supuso La Movida. En 1984 publican un E.P. titulado Una Décima de Segundo, que incluye la canción homónima. Una de las mejores de la carrera de Antonio. Su letra, precisa y elegante, refleja la fascinación del autor por el conocimiento. Una oda a la Física, las Matemáticas y la Astronomía. El compromiso perfecto entre Ciencia y Poesía, que muestra la mutación del rockero energético, en el músico introspectivo y enigmático.
Le siguen Dibujos Animados (1985) y El Momento (1987). Serán sus últimos trabajos en estudio. Probablemente Dibujos Animados y El Momento sean los discos más vendidos de Nacha Pop, aunque no mis favoritos. Incluyen algunas grandes canciones -sobre todo El Momento- pero carecen de la autenticidad de la primera etapa. Sobra producción y falta frescura. El sonido directo que había caracterizado a la banda queda diluido por exceso de artificios y envolturas sonoras. Nacho Garcia-Vega firma temas como Grité una Noche, Vístete o Quien Soy. Tuvieron un indudable gancho comercial, quizás era ese objetivo y uno de los motivos para que Ñete –el batería- abandonase el grupo.
Ni siquiera un gran Antonio consigue equilibrar la balanza. Algunos temas evocan su dimensión más vibrante; canciones como Déjate Ver Ya, Puertas Abiertas o Persiguiendo Sombras. Brillantes, pero sin la contundencia de aquel Rock vitamínico de los primeros LP´s. Antonio se encuentra cada vez más a gusto en su creciente faceta intimista. Escribe versículos hondos y memorables. Encontramos ejemplos de todo ello en temas como Lo que tú y yo Sabemos o Cada uno su Razón (ambos del álbum Dibujos Animados). Y alcanzan su esplendor en Desordenada Habitación y Lucha de Gigantes (ambos del álbum El Momento). Mucho se ha especulado sobre lo que la ha inspirado ¿Alude a alucinaciones causadas por la heroína o es una fabulación poética sobre Cosmología? Antonio estaba enganchado a ambas y quizás las combinara con maestría en esa críptica pieza para la Historia.
Después llegaría el concierto de despedida, con grabación del álbum doble en directo en la discoteca Jácara. Antonio y Nacho se separan y sus caminos discurrirán por caminos bien distintos. RICO – la banda de Nacho- se orienta hacia un Pop-Rock comercial, efectista, con ocasionales destellos de interés. Antonio ahonda en la introspección y firma algunos temas sublimes. Volveremos sobre ello, pero antes rescataremos a Los Secretos.
El Momento más Brutal sobre un Escenario
Sólo la pasión por la música puede explicar el regreso de Enrique Urquijo y su banda a principios de 1985. Habían sido machacados por la crítica, abandonados por aquel público juvenil que antes les aclamara, dos baterías trágicamente fallecidos, y la renuncia de Javier Urquijo, uno de los fundadores del grupo. Se habían ido por la puerta de atrás y regresaron con esa humildad que producen los desengaños descomunales por una discreta rendija.
Enrique lideró la refundación de la banda y junto a él, su hermano y fiel escudero, Alvaro. Se incorporaron varios músicos con bastante nivel: Nacho Lles al bajo (Enrique se quedaba como cantante), un batería (Steve Jordan) y Ramón Arroyo a la guitarra solista.
Enrique también impuso un giro en el estilo, dejando a un lado el Pop-Rock Nuevaolero. A los Urquijo siempre les había tirado el Country-Rock y esta nueva etapa, desvinculados de “La Movida”, se “reinventaron” como grupo orientado al Rock americano. Al menos en los primeros compases de su inesperado regreso. Dejaron en el baúl sus “blazers” inspirados en el look Mod sesentero y se hicieron con atuendos de corte vaquero.
Fiestas de San Isidro de 1986. Un grupo se cae del cartel a última hora y la organización llama a Los Secretos. Van a compartir escenario con grupos que habían sido colegas nuevaoleros como Gabinete Caligari que estaba en plena cresta de la ola o los emergentes El Ultimo de la Fila. La banda de Enrique Urquijo salió a tocar con el miedo metido en el cuerpo. Era el tipo de público que apenas tres años antes les diera la espalda. Y la sorpresa fue mayúscula. Alvaro Urquijo lo contaba con estas palabras; «Empezamos a tocar y, para nuestro asombro, todo el público nos ovacionó y comenzó a corear todas las letras». «Todavía recuerdo la emoción en los ojos de Enrique cuando se giró y me miró al terminar la primera canción. Quizá sea el momento más brutal que he vivido sobre un escenario». En sus primeros conciertos tras su vuelta a la escena, solían tocar unos acordes de
Publican El Primer Cruce -un mini LP- y después Continuará, un trabajo en el que comienza la relación de Los Secretos con Sabina. Brilla sobre todo Buena Chica, un temazo compuesto por Enrique y su hermano Alvaro.
Justicia Poética; la Década Prodigiosa
En 1988 graban en el Rock Club un disco doble en directo y consiguen su primer disco de oro. Participa gente como Jose Maria Granados (exMamá), Teixidor (Mermelada) y Sabina. Además de las canciones de Rock americano recientemente publicadas, repasan temas de su época New Wave y de grupos de aquella época, como Mamá o Los Bólidos. Un disco clave en la carrera de Enrique y su banda. Es además el preámbulo a su segunda época dorada. Si la primera duró solo unos años (1978-1983), esta segunda será mucho más larga y lucrativa.
Entre 1989 y 1995 publican cuatro grandes álbumes; La Calle del Olvido, Adiós Tristeza, Cambio de Planes y Dos Caras Distintas. Enrique sigue liderando la banda, pero el papel de Alvaro en la composición es creciente, sobre todo en el excelente Cambio de Planes. Alternan Country-Rock, Pop-Rock y baladas exquisitas. Aparecen en el disco homenaje a Antonio Vega (Ese Chico Triste y Solitario en 1991). Alvaro participa muy activamente en el lanzamiento de Amaral. Colaboran con grandes figuras del Rock & Pop nacional; Sabina, Manolo Tena, Burning, José Maria Granados y otros muchos. Diez años después de su triste disolución -y contra todo pronóstico- se convierten en una de las bandas más importantes de la música española. Su último LP, lo produce Mike Vernon que había trabajado con David Bowie, Eric Clapton o Fleetwood Mac.
El homenaje de Enrique a la Movida
Alvaro tomó cada vez más protagonismo en Los Secretos cuando Enrique puso grandes ilusiones en su proyecto paralelo –Enrique Urquijo y Los Problemas– un grupo acústico, con dos interesantes LPs, en el que abundan las versiones de los propios Secretos y otras figuras clave del Rock-Pop en castellano; Nacha Pop, Alaska y Los Pegamoides, Radio Futura, Mamá o Moris y como no, de José Maria Granados, de quien rescatan temas que no se habían publicado con su banda (Mamá). Enrique y Los Problemas hacen todo un homenaje a la extinta Movida, aunque también incursionan en estilos diversos ajenos al Rock (boleros, rancheras o incluso versiones Victor Manuel)
Tras la Tempestad Vino la Calma
Los veinte primeros años de la carrera de Antonio fueron su época Nacha Pop (1977-1998), los veinte siguientes (1999-2009) su época en solitario. Su primer LP como solista– No me Iré Mañana- aparece en 1991. Después vendrán Océano de Sol (1994), Anatomía de una Ola (1998), De un Lugar Perdido (2001) y 3000 Noches con Marga (2005). Además, varios discos con versiones, colaboraciones diversas (Amaral, Elefantes, Ketama etc.) o interpretaciones en discos homenaje a Queen (justo cuando fallecía Freddie Mercury) o al propio Enrique Urquijo tras su muerte en 1999.
La mayor parte de su inmensa cohorte de admiradores se ha forjado debido -principalmente- a este periodo en el que prevaleciera el introspectivo trovador. No es mi caso, pues yo me quedo con la vibrante energía Nuevaolera de Nacha Pop. Pero no por ello dejo de maravillarme con algunos de los temas que compuso en su etapa en solitario; Esperando Nada, Tesoros, Se Dejaba Llevar Por Ti y sobre todo El Sitio de mi Recreo, la inigualable. Temas brillantes, memorables y hasta sublimes alguno. Pero engastados entre canciones y más canciones que en su mayoría seguían un esquema muy repetitivo, tanto musical como argumental. Fueron cinco LPs (más los de versiones y homenajes) en veinte años, además de frecuentes conciertos, aunque el deterioro físico no siempre le permitía estar a la altura del directo. Fue una etapa de luces -algunos temas magistrales, la autenticidad del músico poeta, el virtuosismo instrumental- y de esas sombras previamente enunciadas. A pesar de estas, este periodo le convirtió en mito. La mordedura de la droga -muy evidente ya a principios de los noventa- generó una suerte de admiración solidaria hacia Antonio.
Enrique y Antonio Cara a Cara
Enrique -tímido y depresivo- es el poeta Bequeriano, trovador de amores rotos y corazones dolientes. Antonio, quién comenzara como Rockero chuleta y vitalista, terminó convirtiendo la música en su vehículo para tratar sobre Filosofía y Metafísica.
A Antonio se le perdonaba todo, era el “elegido”, casi mesiánico. En cambio, al pobre Enrique lo machacaron, especialmente en aquella fase terminal de la Nueva Ola, cuando el público y la crítica empezaron a decir que grupos como Los Secretos eran babosos. Alvaro Urquijo definía así aquel periodo terminal en reciente entrevista en El País; “Dos hermanos curándose de sus adicciones. El tercero en la mili. El batería, muerto en la carretera. Sin discográfica. Arruinados por Hacienda. Y rodeados del mal ambiente familiar y de la desconfianza de los amigos. Los Secretos habíamos tocado fondo”
Por eso el renacer de Los Secretos y el consiguiente reconocimiento hacia Enrique Urquijo, por la mayor parte de la escena del Pop-Rock nacional, devolvieron en vida (y más aún tras su muerte) lo que anteriormente le había sido sustraído al líder de Los Secretos.
Aunque tímido, casi huidizo, Enrique era muy querido por quienes le conocían bien. En este sentido, son numerosos los testimonios de otros músicos (Sabina, Amaral, Manolo Garcia y un largo etcétera). Pero sin duda uno de sus grandes amigos, su “protector” fue Jose Luis Ambite, el bajista de esa gran banda Nuevaolera que fueron -y son- Los Pistones. Ambite se culpa de haber estado de viaje cuando Enrique no pudo superar aquel exceso de substancias -sí hubiera estado en Madrid, Enrique no hubiera acudido a pillar a aquel piso de Malasaña- se lamenta Ambite. Por aquellos dias, Enrique -que había estado en tratamiento- se encontraba bastante recuperado y dispuesto a casarse con su novia Pia Minchot.
Enrique luchaba por dejar las drogas. Antonio no. Había asumido que eran un “nutriente” de su personalidad, al igual que la cultura, la ciencia o el arte. Cuando sus amistades le advertían, el reaccionaba con desdén e ironía. El mismo Enrique y su hermano Alvaro trataron de convencerle para “quitarse” varias veces. “La gente no terminó de entenderle y tampoco él supo cuál era su grado de autodestrucción. Enrique y yo lo intentamos, pero Antonio iba a su aire y consideraba que no necesitaba ayuda” relataba Alvaro en una entrevista en La Vanguardia. Paradojas de la vida. Antonio decía que Enrique no se atrevía a ir a pillar a los sitios con peligro y que el sí lo hacía.
Paco Martín quien fuera uno de los más famosos productores de grupos del Rock (y Pop) nacional, comparaba hace no mucho su relación con Antonio y con Enrique. Extraigo algunas líneas de la entrevista publicada en El País;
“¿Cómo era trabajar con Antonio Vega en los noventa”
“Muy difícil. A Antonio le he considerado mi amigo, desde la época de Nacha Pop. Era un tío muy sensible, tímido y buen deportista. Iba andando desde la Piovera a General Perón [ambos en Madrid], donde ensayaba Nacha Pop. Serán 10 kilómetros. Le encantaba la escalada. Después entró en el mundo oscuro de la droga.”
“Yo era igual que ellos, pero cumplía. No veía a Antonio [Vega] y a Enrique [Urquijo] como un problema por el tema de la droga. Porque nos drogábamos juntos. Yo miraba su talento. Pero con Antonio se complicó después todo”
“¿Cómo gestionó esa situación”
“Por comparar: Enrique Urquijo era comprometido y cumplía siempre. Enrique era fantástico. Me acuerdo de que un mes no tenía para pagar a los empleados de Pasión. Enrique se enteró y me prestó cuatro millones de pesetas [24.000 euros de los noventa]. Ese era Enrique Urquijo. Eso jamás lo hubiese hecho Antonio Vega, que si podía te lo quitaba todo. El día a día con Antonio era insoportable, una tortura psicológica. Todos los días él y su mujer me pedían 50.000 pesetas. ¡Diarias! Yo tenía miedo de ir a la oficina porque siempre estaba él en la recepción para pedirme dinero. Para mantener a Antonio tuve que pedir dos créditos al banco.”
Hijos de un mismo dios
Antonio y Enrique eran casi de misma edad, ambos nacidos en Madrid y pertenecientes a familias de clase media (como una gran parte de los músicos que formaron las bandas Nuevaoleras en España). Musicalmente tenían gustos muy similares, “mamaron” los mismos sonidos. Los hermanos Urquijo Alvaro comentaban en diferentes ocasiones sobre los grupos que influyeron en Los Secretos; “Escuchábamos a The Who, Eagles, a Dylan, Stephen Stills, Jackson Browne y también a los grupos de la Nueva Ola anglosajona: The Jam, Graham Parker, Nick Lowe, Police, Dire Straits…”. Por su parte Nacho Garcia-Vega comentaba las influencias en Nacha Pop; “Pero con 16 años ya empezamos a escuchar Nueva Ola británica y también americana”,: “Básicamente, lo que se programaba en Onda 2, desde Roxy Music a David Bowie, Elvis Costello, Nick Lowe o Talking Heads”. En ese contexto, el nacimiento de sus bandas tuvo lugar casi al mismo tiempo: 1977-78. En aquellos primeros años, coincidían continuamente en los bares, locales de ensayo y conciertos, al igual que otros grupos de la escena Nuevaolera (Kaka de Luxe, Alaska, Radio Futura, Mamá, Paraíso y un largo etcétera de los pioneros de La Movida). Y las drogas entraron en sus planes prácticamente a la vez. Fueron amigos, probablemente se admiraban mutuamente, versionaron canciones y participaron en homenajes del otro. Uno de los rasgos bonitos de Enrique era su humildad -y buen gusto- para elegir y hacer versiones de otros conjuntos. Ya desde Tos, y después en Los Secretos y en Los Problemas hizo cantidad de versiones; Neil Young, Los Bólidos, Radio Futura, Alaska y los Pegamoides, Warren Zevon y muy especialmente de Mamá/Jose Maria Granados.
Antonio hizo la versión de Agárrate a mi Maria (que es una versión de Enrique de un tema escrito por Warren Zevon), en uno de los discos homenaje a Enrique. Y éste, bien con Los Secretos o con Los Problemas, hizo dos temas de Antonio de su época en Nacha Pop; Atrás y Enganchado a una Señal del Bus. Y los dos juntos, cantaron el Desordenada Habitación de Antonio en Nacha Pop. Fue en el segundo álbum de Enrique y Los Problemas. Fue Enrique el que propuso la colaboración y esto es lo que comentó el propio Antonio Vega a posteriori: “Tengo un recuerdo de aquella sesión muy bueno, había una magia especial con el tema, quedó muy bonito. Con Enrique todo tenía una magia especial, siempre”.
Otro paralelismo evidente es que, aunque probablemente han pasado a la historia de la música fundamentalmente por su segunda etapa (Enrique en los renacidos Secretos y Antonio en solitario), sus canciones más famosas pertenecen a la etapa Nuevaolera, al primer LP de Los Secretos (1981) y al primero de Nacha Pop (1980). Las sombras de Déjame y La Chica de Ayer les persiguieron en cada concierto desde 1980 hasta el final de sus dias. Fueron sólo una muestra de las decenas de grades canciones que Enrique y Antonio compusieron, a veces en colaboración con otros músicos.
Fueron amigos y colegas, compartieron influencias musicales, el devaneo temprano con las drogas, lideraron -por un tiempo- aquella eclosión cultural que fue la Nueva Ola, y tras el fin de esta, supieron resurgir y escribir algunas de las mejores páginas del Rock en español.
Antonio Vega interpretando Agárrate a mi Maria de Enrique Urquijo (basada en Carmelita de Warren Zevon)
Enrique y Los Problemas interpretando Atrás de Antonio Vega en Nacha Pop
Enrique y Antonio interpretando la canción Desordenada Habitación de Antonio de su época en Nacha Pop
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Alejandro Tinturé Eguren