BIOGRAFÍASNEW WAVEROCK & ROLL

Lucha de Gigantes I

Madrugada del 17 de noviembre de 1999, en un frío portal de una calle de Malasaña -el barrio que había sido testigo de muchos de sus momentos más felices- la vida de Enrique Urquijo se apaga lentamente debido a un exceso de barbitúricos y cocaína.

Antonio Vega llevaba escrito en la frente un final similar al de Enrique. Pronto se convirtió en un espectro que una y otra vez burlaba lo inevitable. Escapó de los baches más profundos, y los golpes más crueles. Antonio era fuerte en su fragilidad. Hasta que la enfermedad terminó con su insólita resistencia en 2009.

Lucha de Gigantes está dedicado a Enrique, Antonio, así como a las bandas en las que militaron: Tos, Los Secretos, Los Problemas y Nacha Pop.

Vidas paralelas

Partícipes de las pulsiones de la misma generación, y de influencias musicales similares, las de Antonio Vega y Enrique Urquijo fueron vidas paralelas. Compartieron los escenarios y bares donde vibraba la modernidad, la “picadura” de las drogas, el éxito temprano o su posterior “expulsión” de aquella Movida que habían contribuido a crear. También saborearon la restaurativa justicia poética: ser finalmente reconocidos como dos de los mejores y respetados compositores de la escena del Rock-Pop hispano.

Lucha de Gigantes

Muy pronto aparecieron sus fantasmas internos, condicionando sus vidas e inspirando su música. Lucha de Gigantes – el título elegido para este artículo- es precisamente una alegoría de sus conflictos vitales. Es además una de las mejores canciones de Antonio, correspondiente a la etapa final de Nacha Pop. Pero Vega y Urquijo compartieron mucho más que adicciones, sufrimientos y finales prematuros.

Protagonistas de una escena irrepetible

Lo cierto es que en 1977 en las discotecas se oía música Disco y en las radios canción melódica (en la que arrasaban los músicos italianos). Sólo escuchaban Rock quienes tenían vinilos o cassettes y frecuentaban los escasos “pubs” especializados. El panorama rockero hispano estaba limitado a unas pocas bandas, escasos conciertos y la publicación de unos pocos LP´s cada año.

Fue ahí cuando entraron en escena gente como Olvido Gara –Alaska– Antonio Vega, Fernando Márquez “El Zurdo”, Enrique Urquijo, Santiago Auserón, Jose Maria Granados, Bernardo Bonezzi o Carlos Berlanga entre otros.

Antonio y Enrique no comenzaron liderando sus bandas. Antonio se unió al grupo que había formado su primo Nacho – Nacha Pop- y Enrique entró de soslayo en Tos. Javier Urquijo y Canito eran amigos y decidieron montar un conjunto de Rock a imagen y semejanza de lo que estaba ocurriendo en el Reino Unido y USA. Javier propuso dar entrada a sus hermanos Enrique y Alvaro. Pero Canito no lo veía claro. Enrique le parecía un chaval retraído. Finalmente accedió y los tres hermanos Urquijo y Canito formaron Tos. Aunque seducidos por la frescura sónica de la New Wave, también declaraban su admiración por el Rock americano de raíces (Country, Folk).

Tos – Máquinas

El Nacimiento de la Nueva Ola

Miembros de Tos, de Nacha Pop o Mamá (otra de las bandas clave) estaban celebrando juntos la Nochevieja de 1979. Los chicos andaban de fiesta en fiesta y, en uno de los trayectos, se pararon en el arcén de la Nacional VI. Un coche se salió de la carretera y atropelló a Canito. El batería y compositor de Tos falleció días más tarde. Poco después, se organizó un concierto de homenaje. Participaron algunas de las más prometedoras bandas de aquel movimiento. Los propios Tos/Secretos, Mamá, Alaska y Los Pegamoides, Nacha Pop, Trastos, Paraíso o Los Bólidos. No estaban todos los que eran, pero eran todos los que estaban. El concierto fue retransmitido por TVE y marcó el comienzo oficial de la Nueva Ola.

La Nueva Ola -la Movida la llamaron años después- fue una versión local y limitada de la New Wave anglosajona. En España además coincidió con el histórico periodo de la Transición Política y ambos movimientos se retroalimentaron. Nunca habíamos vivido una escena musical de tal dimensión e intensidad. La New Wave -o Post-Punk– nunca fue un estilo musical específico. Heredaba y fusionaba diversas influencias; la frescura del Rock-Pop de los Sixties, el Punk, el Glam-Rock o sonidos “exóticos” como Reggae y Ska. Además de la diversidad de raíces musicales, la variedad instrumental ampliaba aún más el abanico sonoro; además de las clásicas formaciones con guitarras, bajo y batería, proliferaron los sintetizadores, y ello dio lugar a las corrientes del Synth-Pop, Tecno Pop o  New Romantics. Y sin embargo, y aunque la diversidad fuese evidente, es bastante sencillo identificar a una banda de New Wave.

Por eso, grupos como Alaska y Los Pegamoides, Paraíso, Radio Futura, Mamá, Los Secretos o Nacha Pop formaban parte de la misma escena, compartían locales de ensayo, iban a los mismos tugurios y sus integrantes pasaban de un grupo a otro. Era mucho más lo que les unía que lo que les separaba, al menos en aquellos primeros años.

¿Demasiado burgueses para el Rock and Roll?

Aquella generación de nuevos músicos no tenía un gran nivel instrumental ni el pedigrí de “social peligrosidad” atribuido al Rock and Roll.  En aquel contexto, los grupos de Antonio y Enrique despuntaron pronto. En poco tiempo habían compuesto un amplio repertorio de temas brillantes y adquirido un nivel musical superior al promedio. Muy especialmente Nacha Pop. Al año siguiente de formarse, ya fueron teloneros de bandas del Punk y New Wave tan emblemáticas como Los Ramones o Siouxie and the Banshees. Todo un hito.

Frente a la frecuente procedencia suburbial de los Rockeros tradicionales, los nuevos llegados eran jóvenes de familias burguesas. Rebeldes chicos bien. ¿Podían renovar la escena musical unos niñatos que casi no sabían afinar una guitarra? Hubo división de opiniones. Algunos “rockeros de toda la vida” sufrieron un ataque de cuernos y cargaron con dureza contra aquel movimiento de renovación del Rock. Un caso emblemático fue el de Miguel Ríos. Los surcos de su brillante y exitoso Rock and Ríos (1982) supuraban aquella crítica tan innecesaria como mediocre en su esencia. Los grupos Nuevaoleros tendrían poco nivel instrumental en aquellos inicios, pero una creatividad y capacidad para componer que superaba lo escrito en los años anteriores. Aportaban además una visión lúdica y vibrante, provocativa, que había escaseado en el Rock nacional hasta entonces.

Cuando Fuimos los Mejores

Aunque Madrid era el epicentro, surgieron bandas por toda la geografía, se publicaron cientos de discos y se organizaron concursos de Rock y conciertos en cada ciudad y pueblo. Nunca antes había sucedido nada igual.

El lector puede imaginar la efervescente agitación que sentirían aquellos jóvenes que rondaban los veinte. Ensayos, conciertos, disco-bars donde por fin sonaba la mejor música internacional, fans, fiestas y mucho desparrame. Un frenesí de Sex & Drugs & Rock and Roll. Inmersa a su vez en el gran escenario de la Transición Política. Ambas trasformaciones nacieron, crecieron y acabaron prácticamente a la vez.

Antonio Vega, Enrique Urquijo y sus respectivas bandas, fueron protagonistas aventajados de esa época. Sus primeros discos fueron un éxito de crítica, y ventas. Se hincharon a dar conciertos. Salieron de Madrid y giraron por todo el país. En 1981 Los Secretos dieron 100 conciertos, una media de dos semanales, durante todo el año.

Probablemente el momento cumbre de la Nueva Ola fue el Concierto de Primavera de 1981 en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Al igual que un año antes en el homenaje a Canito, las bandas lideradas por Antonio Vega y por Enrique Urquijo eran imprescindibles en aquellos días y junto con Mamá encabezaron el que probablemente fue el mejor cartel de la época.

Nacha Pop en sus comienzos

Cantantes, Instrumentistas y Compositores

Sin desmerecer un ápice grandes temas de  Nacho Garcia Vega en Nacha Pop, y de Canito, Álvaro Urquijo y Pedro A. Diaz en Tos/Secretos, lo cierto es que Antonio y Enrique fueron los principales compositores y cantantes en sus respectivas bandas.

Enrique era tan tímido que algunos consideraban huraño. Nada más lejos. En las distancias cortas era cercano, cariñoso, generoso y con gran sentido del humor. Desnudaba su alma en sus canciones. Era una terapia con la que gestionar sus conflictos. La otra manera de afrontar esas tensiones eran las drogas. No fue diferente a la mayor parte de los jóvenes que integraban los cientos de bandas de la época. Algunos consiguieron dejarlo a tiempo. Enrique lo intentó y estuvo cerca de conseguirlo. En un libro recientemente publicado por su hermano Álvaro, se detallan los pormenores de su muerte, no por sobredosis de heroína sino de tranquilizantes y pasta base. Fue capaz de componer grades canciones en todas las épocas, en aquellas en que estaba limpio y en las que andaba enganchado.

 

Los Secretos – Todo Sigue Igual

Algo que valoro mucho de Enrique es que siempre le gustaba incluir versiones de otras bandas y no por falta de temas propios. En el disco póstumo Tos ya metieron una versión de Neil Young (Don´t Cry No Tears), después en los LPs de Los Secretos había versiones de los Bulldogs, de los Bólidos, composiciones a medias con Manolo Tena, con Sabina, y sobre todo muchas de José Maria Granados el líder de Mamá. En los LPs de Enrique con Los Problemas había versiones de Alaska y los Pegamoides, de Antonio Vega, del rockero argentino Moris, de Cánovas, Adolfo Rodrigo y Guzmán, de Radio Futura y nuevamente de Jose María Granados. Como instrumentista comenzó siendo el menos avezado en Tos, pero progresivamente fue mejorando, especialmente en el bajo, aunque también tocó la rítmica en ciertas épocas.

Los Secretos – Versión de Ráfagas (original de Los Bólidos)

La personalidad de Antonio Vega era, si cabe, más compleja aún. Mostraba esa cierta chulería y desparpajo que gastan los guaperas. Era vitalista y a la vez intelectual. Amante de las ciencias y con altísimo coeficiente intelectual, era la perfecta síntesis de un Rocker y un Mod.

Paulatinamente, el brío de los primeros años fue mutando en introspección. Sus canciones crípticas surgieron de la capacidad de rebuscar en las profundidades de su alma y de los amplios conocimientos de física y astronomía. Al igual que Enrique Urquijo, pronto comenzó sus devaneos con las drogas que minaban más su cuerpo que su mente. Como instrumentista fue de lo mejor que hubo en la Nueva Ola. Aquello de que lo “jóvenes cachorros” no sabían ni afinar no rezaba con él. Pronto se reveló como un buen guitarrista. Especialmente a partir del segundo LP, en el que sus riffs de guitarra asoman por doquier en la mayoría de los temas.

Nacha Pop – Alta Tensión / Nadie Puede Parar

Expulsados del Paraíso

En 1981 los grupos de Antonio y Enrique estaban en la cresta de la Ola. Criticas, ventas, entrevistas, conciertos.  Pero no podían imaginar lo efímero que puede ser el éxito. Los siguientes trabajos de ambos conjuntos no tuvieron el éxito de crítica y público que habían tenido sus primeros LP´s. Y no era por falta de calidad –son discos excelentes- pero quizás faltaba el gancho comercial de canciones como Chica de Ayer o Déjame. De Nacha Pop yo me quedo con su segundo LP –Buena Disposición– uno de los más desconocidos y mejores LPs de la Nueva Ola- con pildorazos de Antonio como Atrás, Tragaluz, Juego Sucio, Alta Tensión o Reflejo de Ti (en el que toca los teclados, Ana Curra de Parálisis Permanente y Pegamoides). También Nacho firma magníficas piezas como Visiones o Buque que no Llega. En 1983 llega Mas Números Otras Letras, el tercer LP de Nacha Pop en el que Antonio empieza su evolución hacia una visión más intimista de la música. El disco es un encuentro entre el vitalismo juvenil de los primeros años de la banda y un Antonio más introspectivo, que busca respuestas en su yo más profundo. Me quedo con sus temas más aguerridos, más vibrantes. Los que recuerdan a los dos primeros LPs: Enganchado a una Señal del Bus, Luz de Cruce y Magia con Precisión. La mejor aportación de Nacho en este LP es sin duda Pon Precio a tus Besos.

 

Nacha Pop – Reflejo de Ti  / Juego Sucio

Respecto a Los Secretos sucede algo parecido. Sus dos siguientes LPs pierden parte de la vitalidad que había en el primer trabajo. Muchos de los temas destilan una visión doliente y pesimista. Basta con ver títulos de sus canciones:  Todo sigue igual, Perdida la Ilusión, Problemas, Ahora que Estoy Peor, Vivir por Vivir, Ha Llegado el Fin.  Todo un catálogo de la desesperanza. Incluyen versiones de Los Bólidos (esa joya que es Ráfagas) y de Mamá (Callejear). También aparecen temas de Country-Rock.  Y ni el Country, ni esa negatividad de las letras, encajaban con el espíritu Nuevaolero, cada vez más orientado hacia lo lúdico. Enrique Urquijo adquirió ese halo mohíno que le acompañaría hasta el final. Paulatinamente la crítica y parte del público les fue dando la espalda. Triunfaba la visión más provocativa que encarnaban grupos como Alaska y Los Pegamoides, Radio Futura, Glutamato Ye-Yé entre otros muchos. Varios de los conjuntos que hacían un Pop-Rock más tradicional se fueron quedando en la cuneta (Mamá, Los Modelos, Trastos, Los Bólidos entre otros). Algunos subsistieron como Nacha Pop, Loquillo, Los Pistones o Los Elegantes.

¿Un Grupo Maldito?

Por si fuera poco, Pedro Antonio Díaz, batería, cantante y compositor que había substituido al fallecido Canito, moría también en accidente de tráfico. Esta nueva tragedia, junto al escaso éxito comercial de su tercer trabajo, devino en la disolución del grupo durante un tiempo. Era el año 1984 y la Nueva Ola asistía a la ruptura de gran parte de los grupos que la habían creado. Y fue perdiendo parte de la riqueza y variedad de los primeros tiempos convirtiéndose en La Movida, un versión más comercial y desenfadada. Se cerraba así la primera etapa de Los Secretos.

Los chicos de Nacha Pop persistieron, pero lejos del protagonismo que habían ostentado unos pocos años antes. Adquirieron cierta fama de ir por libre y hasta de arrogantes. ¿Reflejo inconsciente de una banda consciente de su categoría?

Muchos de los grupos que substituyeron en las preferencias de la crítica a Los Secretos, Mamá o Nacha Pop, tuvieron un efímero éxito y poca huella han dejado.

En el siguiente capítulo de Lucha de Gigantes veremos el inesperado resurgir de la banda de Enrique Urquijo, la ultima fase de Nacha Pop y la carrera en solitario de Antonio Vega.

 

En memoria de Elisa, gran admiradora de Enrique y sus bandas

 

 

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Alejandro Tinturé Eguren

 

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